Un encuentro de frente con el rock feminista: El día que conversamos con Barbi Recanati en Quilpué

F: Tu LP anterior se estrenó el 2020, ganó un premio Gardel, y más. Pasaron tres años para tu nuevo disco. ¿Qué nos podrías contar de ese proceso?. Leí por ahí que habían salido los últimos temas 15 días antes de la grabación. 

B: Fue un disco bastante particular porque cuando empecé a grabarlo, paré y esperé un año más hasta volver a grabar. Como que me di cuenta que… como que no tenía ganas de entrar a grabar todavía y nunca me había pasado eso de entrar a grabar porque dije: ‘bueno, ya está el disco, cumplió su ciclo dos años y voy a sacar otro disco’. (…) Y cuando volví al estudio para grabar, fue como muy intenso porque fue algo más físico de decir: ‘bueno, quiero grabar porque siento que tengo un montón de cosas para grabar’, no porque creo que sea el momento de grabar, no porque sea un momento de mi carrera, sino porque era un momento emocional (…) en ese momento estaba terminando el disco y en el último minuto aparecieron tres canciones nuevas. 

F: ¿Y qué canciones fueron? 

B: Fue “Arte, arte, arte”, “Lo hice mío”, y “Delorean” 

Fundadora del sello discográfico feminista Goza Records, la artista es un referente del activismo feminista en la música en el país trasandino, así como parte de la escena femenina y disidente rockera contemporánea, de la mano de figuras tales como Marilina Bertoldi, Marina Fages, Fin del Mundo, Las Ligas Menores, Las Ex, Blanco Teta, entre otras. Sobre ello, también nos habló.

F: En relación a tu libro y también a tu podcast, nos gustaría que nos pudieras compartir alguno de los aprendizajes vividos en relación a tu activismo feminista en Argentina, en torno a la música estos últimos años. 

B: Creo que mi mayor aprendizaje, es que el feminismo es interseccional y es horizontal. Y en la escena de la música eso para mí es uno de los talones de Aquiles de la actualidad: que está lleno de mujeres en este momento, pero muy pocas son las que están teniendo una carrera musical, no pensándola  de forma vertical. Y eso hace que repitamos un poco la historia sin darnos cuenta, como que la música siga siendo excluyente, y que siga siendo racista, y que siga siendo sexista, y es parte de cómo nos paramos arriba del escenario los artistas sin importar si somos mujeres u hombres. Eso lo aprendí en los últimos años, viendo ahora tanta equidad y viendo que igual a veces es más importante para muchos artistas cuidar su poder en el arte, que su discurso y su voz. Y después por otro lado, otra cosa que aprendí es eso, que la opresión es opresión siempre, de cualquier forma. Entonces cuando vos sos feminista, pero sos transfóbica no sos feminista; cuando sos feminista pero sos racista, no eres feminista. Yo creo que el feminismo no tiene a ver con las mujeres, tiene que ver con la igualdad en todos los ámbitos, y si no crees en la igualdad social,  y si sos de derecha, no puedes ser feminista y todas esas cosas son cosas que termino de entender ahora, sobre todo viendo Argentina por la situación que está pasando. También me ayudó mucho Mostras del Rock viendo que el rock es una agregación de la apropiación cultural y el racismo, y era muy obvio que iba a ser exclusiva para hombres. Empezó ya siendo una cultura opresora. 

F: Aquí también me pongo ambiciosa. ¿Qué consejo le daría precisamente a las mujeres y disidencias que participan en el mundo de la música? o en general si quieres, ¿qué prácticas concretas podemos implementar para mejorar nuestras condiciones laborales y sociales?

B: Que traten de construir un espacio laboral propio (…) Que se busquen su propio equipo de trabajo y los equipos de trabajo sean mujeres y disidencias. Que haya un cupo muy pequeño que no es de pares. Que si van a trabajar con varones, sean varones que las respetan y que son sus pares y que las tratan como pares, pero que sean la menor cantidad, porque después a la larga, el resultado del trabajo y el camino es muy distinto cuando lo haces con pares. Eso por un lado, y porque también cuando nosotros tenemos un espacio para ocupar, tenemos que hacerlo con esa responsabilidad. Y por otro lado, que cada decisión que tomen, la tomen con un lente feminista, que no la decepciones. Entiendo que a veces no es la intención militar, que a veces uno dice voy a hacer música y nada más y está perfecto, pero hay un millón de decisiones por día que uno se topa como artista, desde cómo van a anunciar un concierto, a quién invitar a tocar, con quien va a trabajar, a quién le va a decir que sí, a quiénes van a decir que no, qué va a decir sus redes sociales. Todo, si lo hacemos con los anteojos puestos del feminismo, lo vamos a hacer de manera más responsable y nos va a ser mejor, nos va a hacer más felices y vamos a tener una carrera mucho mejor.

F: Ya, ahora la pregunta del millón. ¿Qué proyectos solistas o bandas contemporáneas te gustan actualmente? O ¿qué estás escuchando harto, de cualquier parte del mundo, o Chile?

B: De Chile, Yorka me parece buenísimo; Rubio me parece alucinante, Fran es una genio, y Camila Moreno, ambas me parecen artistas tremendas. Javiera Mena me encanta; Alex Anwandter no cuenta, pero me encanta. 

F: ¿Y en general?

B: Okay. Bueno, de Chile te nombré todo eso, me gusta mucho. ¿Y después qué? ¿de Argentina? Bueno, Los Besos, Marilina, El mató a un policía motorizado, El príncipe idiota, y Mi amigo invencible,  Susi Pireli, Ibiza Pareo. ¡Qué sé yo!

F: Hay tremenda escena en realidad… 

B: Sí, en Argentina hay muchas cosas que me gustan. Me gusta mucho lo que está pasando en la escena Argentina en general. En España también hay muchas bandas que me gustan últimamente: Melena, Cariño, mucha banda de pibas. En Argentina, también Las Ligas menores. Mujer Cebra, Ryan, Dum chica, Buenos Vampiros, Las fin del mundo, esas  son cinco bandas que salieron los últimos… que yo me enteré de ellas hace unos dos años. Me encantan, son gente re joven.