René Cevasco Matthei, periodista y locutor radial, es fiel referente y alma busquilla de vanguardias y movimientos musicales, tanto nacionales como internacionales. Actualmente conduce Rockceanía en Radio Valentín Letelier y a partir de sus andanzas, se inspiró en la escena underground –y local– del metal y la electrónica para escribir en lo que están por leer.
Esta crónica responde a uno de los textos originales que se publicaron e imprimieron en nuestro segundo fanzine #NPZine2, y que podrán leer íntegramente a continuación.
I
Villa Alemana. Domingo. 5 PM. El sol de primavera cae directo. Parte de la ciudad está en su siesta. Si no fuera por cuatro chascones un par de cuadras adelante, nadie pensaría que habrá una tocata extrema.
Al llegar a La Casa de Ladrillos, ya estaban disfrutando más de 60 personas. Un ritual de poleras negras expeliendo demonios y aberraciones anticristianas y antisistémicas. Dos puestos con vinilos, cedés y casetes a la venta. Alrededor, seres hablando de ese o aquel grupo.
Noisecore comenzó la masacre sónica. El año pasado autoeditaron el disco death-grind Cannibal Pleasure. Su vocalista, Mandinga, viste una sotana de sacerdote. Dispara “Sick”. Entre los bramidos infernales de la letra, sólo se escucha el coro final: “cura maricón”.
Anarkitran aportó otra dosis de grind a la vena. Blast beats implacables en su demoledor pulso. Letras con mirada social contenidas en micro canciones de velocidad avasalladora, como en su álbum Vomitable, del 2017.
II
Estas son las primeras músicas que escucho en vivo durante casi dos años de aislamiento obligado y declive moral de la República. Han sido tiempos de mirarse profundamente ante un espejo sin reflejo o fondo y volver a despertar de la distopia.
Para mis oídos, había cosas que ya no tenían el sentido de antes. Por ejemplo, tanto indie pop-rock, ramplón, sin actitud vital, plano de fórmulas y vacío de voz profética. O tanta homogeneización urbana de ritmos ultra comprimidos, sin distinción entre canción y publicidad como continuo.
Recuerdo que no hay que olvidar lo más importante: la mirada desde el margen. Margen del margen; como el metal más extremo y brutal, que termina subvirtiendo todo orden de religión o estado. O la desafiante electrónica experimental y socialmente comprometida de Pueblo Nuevo y Modismo Netlabel.
III
Modismo Netlabel, con Alisú a la cabeza, lanzó el 8 de marzo pasado, el sampler Woman in Power: Vivas, Libres y Unidas. 15 compositoras dieron vida a 15 cortes inspirados en los ideales feministas, extendiendo el ideario de los cinco compilados Chile no está en Guerra.
Dentro del staff de Modismo, las labores de masterización están a cargo de Baradit, quien publicó a inicios de año bajo Pueblo Nuevo, su disco Monophonic Song. En él desarrolla sonidos análogos y retro, los que se disfrutan en su transcurso, evocado un tiempo anterior en la generación sintética.
Compañero de generación con Alisú y Baradit, es Javier Moraga, publicando en Modismo, como Pueblo Nuevo. Hace poco presentó su larga duración Extracción, con títulos inquietantemente contemporáneos como “Frente Popular Contra la Extracción”, “Penitencias al Síndrome de la Cabaña” o “Futuras Odiseas por el Agua”.
IV
Existen propuestas de escucha con tribus leales. Son escenas potentes y en la periferia de lo uniforme, del mainstream imperante como coronación del libre mercado que musicaliza el entorno. Desde un pequeño escenario o bajo los fonos, llega la revelación epifánica, porque alumbra a contracorriente del rebaño.
La resistencia está en las músicas que escuchas y compartes con asombro. Ellas inspiran la ética del periodismo musical independiente, cuando no se es de los “perros falderos”: aquel corifeo domesticado en la cantinela hipnótica de la partitura, que sostiene lo que cae pesadamente con la fuerza de gravedad acelerada ya desde los márgenes…