Rompeola, presentando ‘Todo Normal’: «Somos más intuitivos en hacer música»
A casi cuatro años de su formación, el cuarteto sanantonino acaba de lanzar su primer disco de estudio. Y fuimos por ellos para conocerles mejor.
Por Paula Castillo Miranda.
«Entrar al sello me ayudó a plantear los objetivos. Por ejemplo, nos gustaría llegar a Primavera Fauna, Lollapalooza, pero después de mucho tiempo, pero para allá estamos enfocados», dice Alejandro González, vocalista de Rompeola en plena conversación. La banda sanantonina está lanzando su primer disco Todo Normal, y según ellos, de lo que nos contaron, no tienen rollos con la idea de los festivales masivos-comerciales.
Una conversación normal, pero no tan habitual, así surgió el encuentro con sus integrantes, con quienes nos reunimos durante la previa a un showcase privado que brindaron en Valparaíso, a propósito del Festival Fluvial, en Valdivia, y donde se habían presentado tan sólo dos días antes de esta entrevista, con el apoyo de Sello Trigal. Todo Normal llevaba menos de una semana de lanzado, en tanto.
La acústica del espacio donde estábamos era perfecta, pues vale decir, estábamos en una sala de ensayo. Ale (voz y guitarra), Basti (guitarra y synths), Pablo (batería) y Mato (bajo) compartían taburetes plásticos, y, claramente, con el pasar de las primeras preguntas, la vocería se fue perfilando entre sus integrantes.
– ¿Cómo ha sido la experiencia de estos días posteriores a su primer lanzamiento discográfico? ¿Hay algo que les llame la atención de la dinámica de promocionarse?
Ale: Ha sido súper emocionante porque hace muy poco llegamos de una mini gira en el sur, recorrimos Valdivia y Temuco, y allá fue bien recibido el disco. Hasta el momento llevamos como 3.000 reproducciones y eso nos pone súper feliz. Y estamos súper motivados, porque significa un avance en nuestra carrera musical. Tenemos planeado hacer una gira en la zona central, y ojalá en todo el país, y si podemos salir a otros lados, mejor.
Mato: Yo encuentro bacán el hecho de poder hacer esto, que nos entrevisten, porque de repente igual llegan medios que son de otras partes de Chile o de Latinoamérica y nuestra música puede llegar a otros lados, no sé, por ejemplo hay gente que nos conoce en México, en Perú.
Basti: Yo me siento feliz, realmente me gusta caleta grabar música y me fascina que se esté escuchando en varios lados.
Un sonido deseado
Al oír su largaproducción, la cual también editaron de manera física, los synths y cuerdas en el estribillo de «Todo Normal» son muy característicos; parece evocar a ritmos más psicodélicos pero con su sello más rockero, alternativo, y que hace del tema uno de los cortes más destacados. Más que mal, es el tema que da el nombre el disco. Pero sí de trata de favoritos, para el vocalista, hay otros significativos.
«Desde mi punto de vista el tema «Dar», que es el tema que cierra el disco, y también «Maleza», son los que más destacan en la composición del disco en una visión general, porque son los dos temas donde más trabajamos y decidimos cambiar un poco la dirección de lo que estábamos haciendo, entonces es como un pase a lo que vamos a seguir trabajando», expresa Ale.
Mato: Y para lo que ya hicimos, como para el disco, yo creo que “La Orilla” fue el tema inicial que le dio el sonido a la banda y “Todo normal” la canción que nos da el paso para abrir los shows, porque es tema para introducir.
– «Nada es para siempre», «Orilla» y «Parece no llegar» son de sus primerísimos temas, y ahora también los grabaron para el disco. ¿Qué sensaciones les evoca reinterpretar estos temas, como si fueran nuevos, para acogerlos en su disco?
Ale: Siempre esas tres canciones van a tener un espacio especial en nuestro corazón, y regrabarlo significó incluso hasta un cuestionamiento de cómo sonaba, porque nosotros tenemos el recuerdo de cómo suenan desde nuestros primeros ensayos, entonces ahora, que lo escuchamos más estructurado, se siente todo más homogéneo. Por ejemplo, a “La Orilla” le añadimos más sintetizadores, por lo que tuvimos que trabajarlos un poco mas, pero, en esencia, siguen siendo los mismos temas, y para nosotros es algo super bonito.
Basti: Surge una pequeña nostalgia igual, de cuando empezamos, de cuando se empezó a formar todo, que es muy lindo. Como que me causó esta nostalgia de algo que ya pasó.
Pablo: Quizás sí fue para mejor, porque esos temas estaban grabados en vivo, entonces, grabarlos en un estudio igual, no sé, yo creo que pesó más.
Mato: Yo creo que eso todos queríamos al final; grabar esas canciones que ya fueron grabadas en vivo, grabarlas en estudio y poder trabajarlas como en forma más profesional.
En los temas de Rompeola hay cierto prendamiento con asuntos cotidianos, introspectivos, muy afines de nuestra generación, con un matiz de serenidad al que se acoplan sus líricas de manera muy acogedora y hasta de manera simple, liviana. Para Ale, se trata de algo personal «y generalmente se tratan de cosas que he vivido, y trato de llegar a una especie de historia o reflexión, donde al principio se presenta el problema, pero aun así siempre se muestra como una salida. E igualmente me he agarrado de cosas que nos han pasado con los cabros, o no sé historias de unos amigos que se enamoraron y cosas así. Trato de agarrar cosas que estén bien aterrizadas y que muchos puedan sentirse identificados con eso», extiende.
– ¿Te sientes canalizador en cierta parte de las situaciones que ves a tu alrededor?
Ale: Sí, yo creo que en parte fue porque estuve estudiando psicología un tiempo.
Mato: Yo creo que las letras buscan la superación de uno mismo y que a pesar de que uno puede cometer errores, siempre puede mejorar con el tiempo.
Ale: Es bueno llorar, pero también es bueno buscar la solución.
– ¿Sientes que puede ser terapéutico también hacer el ejercicio de escucharse y de ver este trabajo?
Ale: Sí, totalmente, hubo un trabajo terapéutico detrás de hecho.
Y porque Ale es el encargado de generar las narrativas y líricas de la banda, es que sus compañeros deben hacer el trabajo de composición, efectos y en efecto, de cómo quieren sonar, a partir de lo que les evoca, en sensaciones, las letras originales. Esta conexión, cree Mato, que se ha dado naturalmente, porque se conocen y son amigos. «Por ejemplo, yo compongo el bajo y con algunos temas, lo que busco es cómo escuchar la canción y tratar de inspirarme escuchando solo la canción. Y no busco eso de ‘ya, aquí está haciendo tal nota, así que tengo que hacer tal nota’, es mas lo que me nace no más, y creo que eso hacemos todos», explica el bajista.
Ale: No somos tan técnicos, somos mas intuitivos en hacer música.
A por un sueño
2022. Hecha de estudiantes de fonoaudiología, música, agronomía y trabajadores; la banda, para ellos, es parte de sus labores diarias. En un año, Rompeola lanzó un EP, titulado Mood, un showcase en vivo y un disco de estudio. De ir a tocatas en San Antonio juntos a tocar por Chile. Fue así que los responsables de «La Orilla» quisieron conformarse a principios de 2019 en la misma ciudad, pero sin Ale aún, y todo transcurrió rápidamente… Hasta que llegó la pandemia.
Mato relata que a principios de 2019, «estábamos tomando unas pilsen esperando las bandas en una tocata, y después de que habían terminado las bandas, les dije [a sus amigos integrantes], ‘hay que hacer una banda’, y al otro día nos juntamos, hicimos la banda, después al otro día fuimos donde el Pablo y ya teníamos como tres canciones en tres días».
«Con el Pablo teníamos otra banda que se llamaba El Desvarío. Yo tocaba bajo; el Pablo, batería; y otro amigo, que ahora está en Uruguay, Diego Cataldo, ahora tiene su proyecto solista, pero ahí estábamos en esa volá. Esa vez se presentó El Desvarío, Los Tigres en la Luna, y no sabría decirte cuál más porque fue hace rato», comenta, desde su versión, Ale.
– En el momento que se levantaba la ola, la pandemia fue su gran rompeola, literalmente. ¿En qué les ayudó el confinamiento desde una mirada creativa o catártica con ustedes mismos en torno a la banda? Y que, por ejemplo, se aprecie en este disco.
Mato: Yo creo que lo que hizo la pandemia fue darnos cuenta que si nosotros no hacíamos algo por la banda, como adaptarse a la realidad en la que estábamos, no iba a surgir nada, nadie nos iba a escuchar, y dentro de las bandas de San Antonio, nosotros fuimos los que más estuvimos tocando en live stream o cosas así, Pulsar también fue en pandemia.
Estos son los 3 años de Rompeola –a punto de 4–. De salir de su zona mas doméstica e íntima que obligó la pandemia, para adecuarse a la rutina de escenarios, giras y públicos cada vez más grandes. Para sus integrantes ha sido lento, pues el lanzamiento del disco estaba planificado para «mucho antes», pero agradecen la ventaja, pues les sirvió para pulirse y componer más, con un sonido de acuerdo a sus preferencias.
«Yo creo que fue un cambio brusco el hecho de tener que mover a gente, hacer que nos fueran a ver tocar, porque nosotros estábamos cómodamente en nuestras casas y no era necesario interactuar con el público ni en redes sociales ni esas cosas, y eso nos sacó de nuestra zona de confort. Nos obligó a sacar un poco más de personalidad, ser más extrovertido y tratar de mover las redes sociales para que la gente también esté atenta a eso», complementa Mato.
– ¿En algún momento se cuestionaron si seguir o no seguir con la banda en este proceso pandémico?
Ale: Casi todos los días (risas), no, nunca. Pero yo creo nos sirvió también para afianzarnos como amigos, en ese tiempo compartimos harto, porque con quién más nos íbamos a juntar si no se podía salir, yo me arrancaba para la casa del Mato y ahí nos quedábamos mucho rato.
– Desde cuando se conformaron como Rompeola, supongo que tenían sueños y objetivos, ¿hay alguno de éstos que hayan cumplido?
Mato: Yo creo que sí, el hecho de ya ir a tocar al sur por ejemplo, es como ahora un objetivo de salir de la Quinta Región y no tocar en Santiago, salir a tocar a otra parte, ese es como un objetivo principal.
– ¿No tienen rollo con este tema de la industria, ese discurso de venderse?
Ale: A nosotros nos gusta la música no más y queremos tocar, lo importante es la música y tratar de tener el mejor alcance.
Fotografía portada: Felipe Malhue.