Crónicas
El periodista, gestor y músico es oriundo de Viña del Mar, y ha recorrido proyectos musicales como Sapos Sin Lengua y Búho Parlante. También ha integrado los equipos del sello Acople Records y actualmente, Radio Playa Ancha.
Así es que el contexto de nuestros 4 años, le invitamos a repasar aciertos y complejidades que surgen desde el colectivo de artistas, gestores y proyectos musicales, y que a la fecha, persisten y proyectan.
Por Pablo Rebolledo.
En estos últimos 4 años ha pasado demasiado. Se ha evidenciando el fuerte golpe que tuvo la pandemia del coronavirus en el rubro mismo. Entre eso, ver los procesos finales de colectivos que estaban haciendo muchas actividades autogestionadas, como lo que surgió con el Colectivo de Bandas de Valparaíso (COBAV) o con Sello Invisible; y el surgimiento de una mezcolanza de sonoridades que estaban creando una escena musical muy variada y enriquecedora.
Muchos proyectos aparecieron y después, con el inicio de la cuarentena, comenzaron de a poco a dejar de existir debido a las circunstancias.
Aun así, es increíble ver que las mismas personas que desde 2015-2019 comenzamos a conocernos y a compartir visiones alrededor de las problemáticas del rubro seguimos acá. Ahora, en 2023, seguimos resistiendo y con resultados que han hecho crecer el interés a través de un constante trabajo obrero que se ha vuelto necesario después de estar alejades por los impedimentos sanitarios.
En nuestro nicho, estábamos viendo el nacimiento de una canción, acción y actitud que era necesaria, y que hasta ahora ha visto el surgimiento de sellos como Leviatán; la aparición del enorme colectivo artístico Basura Moderna; el movimiento feminista de Cabronas Gang, dando espacio al trap/rap/reggaetón en redes sociales; y agregar a Radio Playa Ancha, quienes estamos creando una biblioteca de registros en vivo, de la cual antes no había ni recursos para ejecutar de manera cercana desde la gente para la gente.
Lo más importante es seguir viendo generaciones nuevas interesadas en crear escenarios y buscar espacios para expandir el sonido y manifestación que sea, y vernos como pares para surgir en este escenario de abandono del Estado hacia los/las/les trabajadores/as de la Cultura en este país.
Ahora hemos creado lazos y tratos más justos dentro de lo que se puede, solamente trabajando y dándole dedicación para poder sobrevivir en esta situación que –si bien sigue encontrándose con barreras institucionales y sistemáticas– sigue activa en busca de recuperar lugares para realizar nuestro trabajo.
Finalmente, hay que agradecer enormemente a medios como este, de comenzar a tener una preocupación real por difundir música local, y crear una identidad estética que realmente represente a una generación actual más que ser un tributo a algo que ya fue.