Entrevista: «Primero somos amigos, después Solución Violeta»
Nuevas canciones, tocatas y proyectos trajo este año híbrido para los autores del Casa Yori (2017). Para la 2da edición de nuestro fanzine, en Niña Provincia conversamos con ellos a propósito del lanzamiento de su último disco: Toque (2021).
Por Tania López Gallardo
Los inicios de este proyecto se remontan al 2014, como tal, año en el que comenzaron a cruzar sus caminos -quizás antes- entre el colegio, la universidad o mediante las posibilidades que les otorgó el tránsito cotidiano. Lugares e intereses comunes dibujaron los puntos de encuentro entre las ideas, gustos y melodías que, al día de hoy, mantienen viva aquella mística colectiva.
Este proyecto musical que emerge en la región, se compone de cinco amigos. Sí, amigos. Así lo señalan y explicitan cada vez que pueden. “Primero somos amigos, después Solución Violeta”, enfatizan en esta entrevista. Kevin, Maxi, Seba, Juan y Gum son quienes integran este grupo que al poco andar, comenzaron a entramar sus composiciones.
Kevin: Yo tocaba batería con los chiquillos, en otro proyecto, pero yo también tenía mis canciones y quería cantar, así que en algún punto me dijeron: “¿pero por qué no unimos todo y buscamos otro baterista nomás?”. Y claro, fue súper coherente (…).
Juan: Comenzamos buscando un baterista. Kevin conocía a Maxi y lo invitó, y le dijo que no (risas), pero tiempo después se encontraron en el metro y ahí al final dijo que sí.
– Y ya cuando se conforman como banda, ¿cómo confluyen en la música? con sus gustos, referentes. Las ganas de hacer algo colectivo. ¿Cómo se da eso?
K: Nuestra amistad se dio porque nos gustan cosas similares.
J: Siempre hemos compartido músicas que nos gustan entre nosotros. Ahí se fue armando la sonoridad que queríamos también.
– ¿Y cuáles eran esas sonoridades que les unían? ¿se han ido modificando con el tiempo?
K: Ahora ya, se ha ido diversificando. Pero desde un inicio, nos unía el rock australiano, por ejemplo: Pond y Tame Impala.
Gum: Y también ese formato de las canciones con voces, muchas melodías, donde todos componen.
Entre las influencias y los gustos en común, además de la capacidad de colectivizar sus creaciones, pensar y conversar sus intereses, trabajan desde el 2014 sin un horizonte claro. Ya al 2016 todo desemboca en el registro de Casa Yori (2017), su primer disco de estudio que vino a dar cuenta de lo orgánico de su trabajo, sin tanta pretensión. “Decidimos hacer este proyecto porque dijimos: ‘ya, juntemos todas las canciones y saquemos solo un disco”.
– ¿Solución Violeta nace con el disco?
K: Sí, con el disco. De hecho, en nuestra primera tocata no nos llamábamos Solución Violeta. Y es una tendencia en nuestra historia, porque somos más músicos de estudio o de juntarnos a tocar, de decir: “mira, grabé esto anoche” y nos vamos compartiendo las ideas. No somos de las bandas que se juntan a hacer canciones en el ensayo. Nosotros venimos a armar lo que hicimos en nuestras casas.
Fue desde esa primera tocata y el lanzamiento de su disco a través de YouTube, que no pararon. El boca a boca y los lazos que generaron con otros músicos de dentro y fuera de la región, les permitió continuar otorgándole visibilidad y escucha a este primer trabajo. Asimismo, el habitar juntos un mismo espacio (el que le da el nombre al disco), posibilitó gestar tocatas, sesiones e invitaciones a otras bandas de la región.
J: A cada banda que conocíamos, la invitamos a tocar. Ellos siempre traían gente a nuestra casa y se comenzó a ramificar más el asunto.
Sebastián: No andábamos buscando tocatas. Llegaban solas.
¿Entonces fue todo muy orgánico?
K: Sí. Lo único que hicimos fue subir el disco a YouTube y publicar un post en Facebook. Agarró vuelo solo.
Maxi: Fue del boca a boca, de decir: “oye, ¿escuchaste esta banda?”. Y como tocábamos en la casa, en la misma ventana que daba a Cumming, la misma gente que iba o pasaba recomendaba nuestra música.
S: Todos queríamos mostrar lo que estábamos haciendo. En un principio fue muy bacán.
– ¿Por qué en un principio? ¿Eso ya no sucede?
K: Después de tocar muy intensamente, de ir a Rockódromo y a Lollapalooza, se empezó a salir de control. No habíamos hecho nada para promocionar el disco y estaba pasando eso. Pero claramente, eso nos ayudó a visibilizar nuestra música. Y ahora, tenemos las mismas ganas de seguir comiéndonos el mundo (risas), las ganas de seguir avanzando. Al final, de las bandas de nuestra generación, somos unas de las pocas que queda.
– Y sobre la vuelta a los escenarios, ¿cómo han visto la reacción del público este último tiempo? ¿Sigue todo igual?
M: Cuando fuimos a tocar hace poco (tocata en Espacio Warhola, en octubre de 2021), había cabros más jóvenes. Pienso que son aquellos que antes no podían ir a vernos tocar, que antes eran menores de edad.
K: Fue heavy. Yo sentía que no conocía a nadie, como que se renovó el público. Como de 18, 19 o 20 años que nunca habíamos visto en tocatas. Hay un recambio y nos gusta caleta que eso esté pasando con quienes nos escuchan.
A la fecha, Solución Violeta suma tres trabajos de estudio: Casa Yori (2017), La belleza y la ansiedad (2019) -pensado de manera colaborativa y con miras a su último LP- y Toque (2021). De cada uno de estos trabajos, sus giras y tocatas, aseguran haber sacado buenas lecciones para el trabajo que están forjando. Todo ello, con el ímpetu de la autogestión.
Próximos eventos
Cabe destacar que Solución Violeta agendó nuevas presentaciones para este verano (hace algunos días estuvieron compartiendo escenario con Las Ligas Menores), siendo la más próxima su show en Trotamundos Terraza este 1 de febrero, junto a Planetario. Aquí puedes conocer detalles sobre los valores e ingreso.