Entrevista con Yorka: celebrando un nuevo año de vida, música y feminismo

Yorka y Daniela Pastenes son las hermanas que dan voz al proyecto musical Yorka, que entrega al pop melódico una posición destacada en la escena musical nacional.

En la previa a su show en Valparaíso, que transcurrió el 11 de mayo, el dúo se contacto con Niña Provincia y el Club de Lectura Feminista, para hablar de la contingencia en el rubro y sus proyectos, a pocos meses de su sexto aniversario.

“Ya, ahora sí” dice Yorka Pastenes (voz y guitarra), cuando tras varios intentos fallidos logramos establecer comunicación telefónica para realizar esta entrevista. Contactarnos fue laborioso, considerando que tanto ella en lo personal como su proyecto musical Yorka tienen bastante entre sus manos. El fin de semana visitaron Valparaíso –para el lanzamiento de Winnipeg II, de las Escuelas de Música Popular y ahora se viene lo más grande: la celebración de su sexto aniversario el próximo 28 de agosto en el Teatro Nescafé de las Artes, en Santiago.

“Es el show yo creo que, por lejos, más importante que hemos tenido en nuestra carrera: son mil personas las que queremos convocar”, comenta Yorka. “Llevamos seis años trabajando y ha sido lindo ver cómo el lugar de nuestros cumpleaños ha ido creciendo, el lugar de nuestras reuniones. Como que, en esta fecha, a mi parecer, estoy intentando juntar a la mayoría de la gente que nos escucha en un solo lugar. Es como un llamado a que nos juntemos, cantemos y celebremos”.

Yorka es un proyecto de pop melódico, como ella misma lo denomina, que comenzó en 2013 con la cantautoría de Yorka Pastenes, para luego ser acompañada por su hermana menor, Daniela. Entre las dos, sacaron a la luz los dos primeros álbumes: Canciones en pijama (2013) e Imperio (2015), con canciones como “Cursi”“Evidente” y “Algo”.

Luego, el grupo integró de manera definitiva a un gran equipo de profesionales de la música, quienes participaron del tercer y último disco, Humo (2018). “Nuestro disco cumple un año, que ha sido el disco más importante que hemos tenido, el que ha acercado más nuestra música al público, que ha conectado más emocionalmente con ellos, con la gente que nos escucha”, dice Yorka.

Este primer semestre 2019 ha traído varias nuevas aventuras para el grupo: liberaron el esperado video de “Paseito”, que fue muy bien recibido y comentado por su público, estuvieron tocando y grabando en México y participaron del Festival SXSW en Estados Unidos. “Y de ahí, tenemos otro single que va a salir en junio, si todo resulta bien, junto a la Mariel (Mariel Mariel). La grabamos hace poquito y la vamos a lanzar como en teoría el último single oficial, pero de ahí igual se van a venir algunas sorpresitas antes del show”, confiesa.

– ¿Se viene algún otro plan de colaboración?

– Existen otros planes, pero no te los puedo contar, porque cuando uno cuenta las cosas al final no resultan.

– ¡Entonces que se quede ahí y que ojalá, ojalá resulten!

– Sí, pero apenas los tengamos los vamos a contar. De todas formas, este sábado en el show que vamos a hacer en el Duoc en Valparaíso, vamos a tocar una canción nueva, que es la que vamos a sacar a fin de año. Tenemos dos shows en Valpo: este sábado y de ahí volvemos el 2 de junio a las canciones de bolsillo en el Centex, donde van a ser casi nuestros últimos shows, en Santiago creo que tenemos uno, que no se va a avisar, va a ser secreto, pero de ahí no tenemos nada.

– ¿Hasta la gran celebración?

– Sí, es que nos tenemos que guardar un rato.

Actualmente, el grupo forma parte del sello Beast Music, con el que se editó Humo, y con el cual siguen posicionándose en la escena independiente nacional. Además de las hermanas Pastenes, la banda está conformada por Matías Petersen (batería), Pancho Ugarte (bajo) y Pablo Jara (guitarra eléctrica).

– Alguna vez comentaste que soñaban con vivir de Yorka, ¿cómo les va con eso?

– En este momento, vivir de Yorka es un poco difícil, porque Yorka como proyecto son 11 personas. Hay que invertir constantemente y aun el show no es lo suficientemente caro como para cubrir a tanta gente, pero cada vez es más bacán ver cómo ese dinero que se va invirtiendo va consiguiendo más frutos. Yo siento que en este momento si tú me haces la misma pregunta quizás cambiaría un poco la respuesta, y más que vivir de Yorka en sí, espero vivir de la música en todas sus aristas, tanto como en la educación, que es mi profesión, como con las canciones, que es este proyecto, o la producción, la autogestión, que también es otra cosa de la que hemos sacado el rollo brígido.

La escena musical chilena

La industria de la música es conocida por ser un espacio competitivo, hasta hostil. “Es un rubro muy precario, condiciones laborales muy precarias. No tenemos salud. Si no fuese por la SCD no tendríamos nada”, declara Yorka. La Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD) se ha encargado de ampliar la red de cobertura y derechos disponibles para quienes se dedican profesionalmente a la música. Así, hoy pueden contar con acceso a Fonasa y atenciones especiales en ciertos centros de atención de salud.

“Yo trabajo con 11 personas, y esas 11 personas trabajan por fecha. No puedo ofrecer un sueldo, la mayoría no tiene un contrato”, confiesa Yorka, con pesar y malestar en su voz. “Nos ha pasado que hay gente que se ha accidentado en shows de otras personas y es como todos intentando hacer una vaca para que tenga un poco más de plata para ir a hacerse los exámenes o que se yo. No hay vacaciones pagadas. No hay nada”.

Aún en estas condiciones, se reconoce en la escena nacional grandes compositoras y compositores de distintos estilos y trayectorias, que se ubican en una industria escasamente lucrativa en cuanto a la producción musical pero sí muy cautivante sobre la puesta en escena y los shows en vivo.

“Además, somos un país que no escuchaba música nacional, entonces sus artistas no pueden subsistir de eso, se tiene que salir o buscar otras alternativas, o ser muy mainstream”, dice Yorka. “Muchas veces no todos queremos ser mainstream o no todos queremos jugar bajo esa regla, entonces es muy así, es muy difícil, somos un pequeño minimarket que tiene muchos productos ricos y de calidad, pero con muy poca gente que los consume”.

– Entiendo. Pero eso de que no se escucha mucha música nacional, ¿crees que ha estado cambiando en el último tiempo?

– Me gustaría creer que sí. Pero siento que podríamos hablar de que la escena pachanguera pasó un poco al trap, que está teniendo en este momento un éxito importante, y que las personas que hacen trap pueden vivir claramente de eso. Pero el pop, que es mi área, siento que sigue siendo un área que no tiene un alto consumo, entonces todos los años, generación tras generación, quizás ahora somos nosotras, quizás en los noventa fue Lucybell o en los 2000, no sé, Saiko, pero creo que siempre el pop ha sido más difícil. La gente no lo consume tanto. Y existe un prejuicio muy instalado donde creen que la música chilena es mala, no se quien les metió eso en la cabeza, y siguen pasándose el rumor de generación en generación, que es muy duro.

– ¿Y dentro de esta escena musical, qué artistas nacionales sigues hoy en día? ¿A quiénes recomiendas?

– Me gusta mucho el trabajo de Niña Tormenta, de hecho, el domingo fuimos a ver su concierto. Siento que es algo muy genuino, muy lindo. Hay una banda de San Antonio también que me gusta mucho que se llama No Bailo, y que vamos a estar tocando con ellos este jueves. Encuentro que hace rato que no me gustaba una banda, entonces ahí la rescato. En Valparaiso hay una banda que se llama Mora Lucay, que me encanta también mucho lo que hacen. Pucha, esta es la pregunta en que no te acuerdas de los nombres (se ríe). Bueno, a mi amigo Benjamín Walker también, siento que es un trabajo muy bueno.

¡Revisa las fotos de Yorka en Valpo desde nuestro Backline!

Las mujeres en la música

Las hermanas Pastenes se han destacado, además de por sus canciones, por su participación en diversos talleres, paneles y conversatorios acerca del rol de la mujer en la industria de la música. Han colaborado con Ruidosa y se han movilizado en conjunto a diversas colegas mujeres en el contexto del movimiento feminista. “Yo creo que la mayoría de las personas de mi edad que estamos haciendo música nunca pensamos que en verdad sí vivíamos en un lugar más hostil o con menos posibilidades u oportunidades que para los chicos”, dice Yorka.

Fotografía: María José Sáez

– ¿Cómo valoras el trabajo de las mujeres en este espacio? ¿Con qué prejuicios se han encontrado en su trabajo?

– Esta es una pregunta que siempre te hace replantear algunas cosas. A medida que empezó a parecer el movimiento feminista yo creo que la mayoría de nosotras nos empezamos a preguntar qué cosas en mi vida han pasado que quizás no hubiesen pasado si yo no hubiese nacido mujer. De ahí empiezan a aparecer varias respuestas.

Según Yorka y lo expuesto por distintas grandes artistas del mundo de la música, existe actualmente un menosprecio al trabajo de ellas, donde se tiende a creer que tocan o componen peor que sus pares hombres. “Lo peor de todo es que se cree que componemos solo para nosotras, como que la música de mujeres es para mujeres, y me parece muy cruel”, comenta.

De un tiempo a esta parte, eso sí, las músicas chilenas se han comenzado a organizar para luchar por aquellos derechos que sienten la industria les ha arrebatado, donde, por ejemplo, la SCD cuenta con sólo un 12% de participación femenina, o la baja participación en festivales.

– ¿Cuáles crees que podrían ser algunos de los cambios que debiesen suceder en la escena o la industria musical, para reposicionar y visibilizar el trabajo de las mujeres?

– Bueno, yo creo que deberían exigir quizás alguna ley o algo que asegure porcentaje en los shows, pero que las mujeres tengamos más acceso a los escenarios de lo que tenemos…

– ¿Como de los festivales?

– Festivales principalmente, claro. Hay una ley de teloneros donde también creo que se debería cubrir que puedan ser un cierto por ciento de mujeres que participen. Nosotras con las mujeres del área de la música hace como dos meses nos empezamos a reunir, reuniones periódicas, hasta el momento llevamos una pero pronto será la segunda, en donde también estamos intentando armar y construir algún tipo de agrupación, de gremio, para poder hacer valer nuestros derechos que al parecer por el momento solo pueden ser cosas legales, sino no se cumplen, entonces tenemos que tener algo que nos represente para exigir lo que necesitamos.

¡Si quieres leer más sobre la perspectiva feminista de Yorka, y su recomendación literaria, dirígete al Club de Lectura Feminista!