«Cántame una del puerto: El culto de la cueca porteña», por Camila Olmos

«Hablar sobre la cueca es no saber qué decir entre tanta idea» es la premisa con que la periodista Camila Olmos, co-fundadora del programa radial Espiral musical y redactora de revista Erráticas, nos reseña la experiencia de escribir su primer libro con el mismo título de esta crónica.

Por Camila Olmos.

El año 2015, con un inicio intermitente, pero intenso, fui entendiendo qué había detrás de esta tan bullada «cueca porteña», desde ahora «chilena» o simplemente cueca. Me inicié en la naciente Rueda de Cantoras de Valparaíso, donde aprendí el canto a la rueda. Luego, me atreví a “pegar el grito” en la rueda del Bar Liberty de los jueves. También comencé a habituar espacios como La Isla de la Fantasía, La Quinta de los Nuñez, talleres y otras instancias. Y así observé, conocí, perfeccioné y cuestioné.

También me cuestioné: ¿Cuál es mi aporte? ¿Qué puedo hacer con mis herramientas? Y después de varias búsquedas -qué aún continúan- decidí hacer esta investigación periodística musical: “Cántame una del puerto: nuevas voces de la cueca en Valparaíso”.

Me dijo un cultor porteño

El mismo que viste y calza

Que el pandero solo brilla

Si sigue a la voz que se alza

                                      (Andrea Martínez)

Una recopilación de relatos de cultores y cultoras de Valparaíso, que intenta reflejar vivencias, aprendizajes y vínculos: ¿cómo, dónde y entre quiénes ocurre el traspaso oral? ¿Cómo se mantiene viva esta herencia cultural?

Otro capo se fue al cielo

se allegó a la mansa farra

aro aro que allá viene

don Juan Pou con su guitarra

(Claudio Lazcano)

Los relatos son reflejo de la transferencia patrimonial que se está dando hoy entre generaciones muy distintas, pero unidas por la cueca y el folclore del puerto y su bohemia. Y es importante entender de qué manera ocurren estos hitos, especialmente hoy, que muchos cultores han partido.

Por todo Chile se extiende

el saber de los mayores

El puerto de San Antonio

Tiene rueda de cantores

(Mauro Gutiérrez)

Si bien sabemos que la cueca chilena es una sola, como cualquier elemento identitario, está condicionada por el territorio, su geografía y habitantes. Aquí me pregunto ¿Cómo se toca? ¿Cómo se canta? ¿Qué caracteriza su repertorio?

Un respiro a los cantores

Porque el círculo se agranda

Me presento ante esta rueda

Yo soy la mujer que canta

                        (Karen Castillo)

Las cantoras a la rueda de Valparaíso son parte fundamental de esta idea, porque en ese lugar se sembró una semilla. El empoderamiento de las cabras cuestionó la tradición, instalando debates en torno a la violencia machista, amplió el repertorio y nos despojó de un montón de prejuicios. Aquí no puedo dejar de mencionar a Andrea Martínez, arqueóloga, cantora e investigadora que escribirá desde sus entrañas su propio relato.

“Cántame una del puerto” no tiene afán pedagógico ni informativo. No plantea una tesis ni pretende ser una biografía. Son las voces de aquellos y aquellas que vibran con la cueca, que desenvuelven su vida en torno a ella y que también la han vuelto su oficio. Son voces de distintas generaciones que se han encontrado. Un encuentro para nada simple ni casual, sino que un encuentro que hoy permite que la cueca siga brillando y siendo la reina de la fiesta popular.

Fotografía portada: Naio Arti.

Algunas imágenes de «Cántame una  del puerto»

 

Fotografías de Kika Francisca González. Foto 1 y 2: Entrevista a Lorena Huenchuñir. Fotografía 3: César Olivares, cultor de la cueca entrevistado por Camila Olmos para su libro.